Desinformación: el editorial de El País sobre las Concesiones Sanitarias

El domingo 7 de enero El País se lucio con un editorial sobre la colaboración Público - Privada en Sanidad o Concesiones Sanitarias donde comete dos fallos garrafales a pensar de jactarse de que ha investigado sobre el tema. El artículo de investigación al que aluden es bueno, largo e interesante, pero muchos no lo leerán y se irán al editorial como resumen. Pues bien el que ha escrito la editorial demuestra o no haberse leído el propio artículo, o no tener ni idea, o directamente querer desinformar y confundir.
Primero porque habla que las Concesiones son un Oligopolio de Capio y Ribera Salud, cuando en realidad también están en las mismas, como exponen en el artículo extenso, Sanitas, Adelas, Asisa, y DKW (De la que por cierto se olvidan y ni nombran en el artículo a pasar de gestionar el hospital público de Denia con su área de referencia) y además nombran al Grupo Quirón como interesados. Y si hablamos de Cataluña ya ni cuento las distintas empresas proveedoras privadas que hay en un sistema en el que el 50% es gestión externalizada. Ahora también hay bastante oligopolio pero público en la gestión sanitaria, y monopolio hasta hace poco. Y todos sabemos que el monopolio es malo para la excelencia en el servicio y para el coste.

La gestión privada de la sanidad pública no puede demonizarse como si el ánimo de lucro fuera mentar a Satanas, ya que puede perfectamente controlarse exigiendo la reinversión y limitándola, como se hace en todos los contratos actuales, y por ello el propio artículo de El País reconoce que Capio sólo obtiene de beneficios netos un 2%, ya que si tiene más los reinvierte. 

En esto lo importante es que al contribuyente le cueste menos con igual calidad; y en esté tema los operadores privados tienen la ventaja de tener herramientas de gestión mas eficaces que la pública en la actualidad, como son la posibilidad de incentivos personalizados que premien la excelencia, la eficiencia y el esfuerzo frente al café para todos de la pública. Y otros muchos aspectos en los que la gestión pública se ha quedado obsoleta y no ha querido o sabido renovarse, debido quizá al blindaje sindical que se ejerce en la misma.

Y si usted es de los que piensan que como va a ahorrarse en atención sanitaria sin mermar la calidad pues sepa que es conocido por múltiples estudios que hasta un 30% aproximadamente de la intervenciones, pruebas y tratamientos que se dan en sanidad son innecesarios, ineficaces, producen más daño que potencial curación o no están correctamente indicados. Puede ampliar información sobre ello aquí.

Además en muchos centros públicos las plantillas no están optimizadas habiendo crecido por complacencia en algunos casos o para abrir nuevos servicios y centros con los que ganar votos.

El segundo gazapo interesado es que compara la capita que se paga las concesiones sanitarias valencianas con la que se va a pagar en Madrid. Y claro se extraña de que en Madrid de vaya a pagar 400 euros y en Valencia más de 600. La explicación es muy simple y bastaba haber leído un poco: no son comparables, ya que la capita de Madrid corresponde en exclusiva a la asistencia hospitalaria mientras que la valenciana incluye la gestión de toda un área incluyendo hospital y todos los centros de su salud de su área de influencia; con lo que la cosa cambia mucho y el lógico que sea más caro.

En este artículo de Fidel Campoy que actualmente está en DKW pero fue el pionero en España en la realización del primer congreso sobre costes sanitarios, y que es una respuesta al públicado en el blog nadas en gratis por S Peyro y R Meneu demuestra con datos públicos accesibles a todos a través de los enlaces del final, que las concesiones sanitarias públicas de la Comunidad Valenciana sí son eficientes y además sus cuentas están anualmente auditadas por la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat y su calidad asistencial controlada en cada una de manera permanente por un Comisionado de la Conselleria.

Soy partidario de un Sistema Nacional de Salud, Público, financiado con impuestos, pero con proveedores diversificado: públicos y privados, en forma de consorcios, fundaciones, empresas públicas e incluso privadas. Lo importante es que haya competencia, rendición de cuentas, control y transparencia exquisita de los resultados y los costes accesibles a todos y facilitar la libre elección de los ciudadanos. 

Las demás posturas de querer ologopolios ya sean públicos o privados son ineficientes y maximalistas. Se debe controlar de manera exhaustiva a todos los proveedores, ya sean públicos o privados, exigiendo unos rendimientos y unos resultados en salud y calidad, premiando a los más excelentes, con una base de financiación capitativa homogenea, que permita la equidad poblacional en el reparto de recursos y que actualmente no se cumple como analizaré en un próximo post.

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